Cosas que pasan

Sin comentarios

jueves, marzo 30, 2017 yonneland 0 Comments

Hoy de camino a casa veo a una chica al lado de la carretera. Claramente quería que alguien la llevase pero no estaba haciendo ninguna señal. Paro.
-¿Te llevo?
-Ay, sí, gracias. Soy buena gente, no te voy a hacer nada.
-Ya lo sé, no te preocupes.
-¿Vas a Castellón?
-Sí, ¿y tú?
-Yo voy al caminás, aquí cerca, no me juzgues, me gano la vida así.
-Ah, ok, sin problemas.
-Pero no te voy a hacer nada, soy buena gente. Hay poca buena gente, pero yo soy buena gente.
-No tengo ninguna duda.
-Aquí, a la derecha, vas por encima del puente y me dejas ahí. Se llama "el cruce". Yo trabajo en el cruce. No tengo dinero, déjame tu teléfono y te pago luego.
-No importa, igual no te iba a pedir nada. Yo también estuve una temporada sin coche y es lo peor.
-Ay, gracias, eres buena persona. Yo soy Susana. ¿Tú cómo te llamas?
- Yo soy Yonela.
-¡Qué nombre más bonito!, y ¡qué guapa!
-Gracias.
-A ver si tengo hoy faena porque con las pintas que tengo... pero no me juzgues.
-No, tranquila. Tampoco tiene que ser muy fácil lo que estás haciendo.
-No, no lo és. Me han violado muchas veces
- :-|
-¿Cómo te llambas?
- Yonela yo-ne-la
-¿Rumanica?
-Sí.
-Yo estuve embarazada de un rumanico, pero me lo han matado. Mira (enseña sus tripas con muchas cicatrices.
-Lo siento mucho. ¿Subo por aquí?
-Sí, aquí a la derecha. Mira, te voy a pedir un favor, ¿tienes 3 € para dejarme?
-No, lo siento, sólo llevo la tarjeta. (mentí).
-¿Un cigarro me das? Los que yo llevo son de liar y muy malos.
-Sí, creo que quedan un par, son mentolados.
-Ay, gracias. Si te puedo hacer un favor dímelo. Estoy aquí todos los días, lo que pueda hacer por ti dímelo.
-No se me ocurre nada. ¿Es aquí?
-Sí, para, aquí me espera el coche.
-Ok, ¡que te vaya bien!
-¡Gracias, gracias!


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Cosas que pienso

Tradición vs yonne

sábado, marzo 18, 2017 yonneland 0 Comments

Hace un par de días que me centro un poco en la idea de tradición. En mi trabajo suelo tener mucho contacto con gente que valora mucho la tradición. Y me toca muchas veces traducir ideas con las que no estoy de acuerdo o que simplemente son diferentes a las mías. Dicen que un traductor tiene que ser como un ninja, si notas su presencia es que no está haciendo bien su trabajo. Pero, ¿se aplica esta regla cuando se trata de un intérprete/agente de ventas/guía/compañero de viaje? No me centro mucho en eso, evidentemente creo que no, y además creo que lo estoy haciendo bastante bien. Así que volveré al tema de la tradición. 

Por haber crecido en una iglesia protestante se nos ha enseñado que no hay que hacer nada porque es una tradición. De hecho, que las tradiciones son correctas sólo cuando van en acorde con la verdad. Así que no crecí respetando algo sólo porque se ha hecho así desde siempre, o porque todo el mundo lo hace. Mis actos y mis costumbres tenían que pasar por un test bastante simple: ¿es correcto? Hace años que ya no soy parte de la iglesia protestante justo porque le apliqué el mismo análisis a la religión también.

No me preguntes tampoco si soy de izquierda o de derechas. Porque hay cosas buenas y malas en las 2 partes, pero tengo que reconocer que no soy una persona a la que le haya impresionado algo porque era "tradicional". Me puedes dar un cocido cocinado al estilo tradicional y te diré si me gusta o no, pero no por ser tradicional va a tener un mayor valor. 

Bueno, todo esto viene a que he conocido a una familia en la que la tradición es una de las cosas más importantes. En la que "de generación en generación" es sinónimo de "sagrado", en la que todo tiene más valor si está envuelto en este aire misterioso de la costumbre que se repite año tras año, de abuelos a padres y de padres a hijos. Por alguna razón, no me impresiona. No soy la mas innovadora, no soy la primera que sigue las tendencias y que se adelanta a los tiempos y da la nota de la siguiente temporada. Soy moderada, bastante moderada, y me gusta analizar, valorar y llegar a mis propias conclusiones. No voy a dar el visto bueno porque sí. He sido bastante independiente y no conformista toda mi vida. Me dicen que siempre he tenido un lado bastante rebelde y que soy el tipo de mujer feminista del siglo 21. ¿Será que la tradición no va conmigo genéticamente? ¿Será que mi tradición es no seguir la tradición?

Creo que en una sociedad hay gente de todas formas, los hay innovadores y tradicionales, los hay religiosos y ateos, los hay guapos y feos, listos y tontos, y que cada uno descubre su propio sitio y si no lo encuentra se crea un hueco. Pero también es verdad que es más fácil rodearte de gente que piensa de una forma más parecida a la tuya, cuando no te sientes de otro planeta y cuando no tienes que preguntarte qué es lo que no eres capaz de percebir y por qué todos los demás lo ven tan claro. 

Por eso me gusta no acostarme justo después de llegar a mi habitación de hotel, la razón por la que me gusta escribir y leer por la noche, el motivo por el que siempre echo de menos llegar a casa.


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Cosas que pasan

Dos cositas

jueves, marzo 16, 2017 yonneland 0 Comments


1. 
Hace un par de días me dijeron esta frase: "Se dueño de tu silencio, no esclavo de tus palabras". Me ha encantado, hasta ayer, que pensando en ella se me ocurrió: ¿cuántas veces pensando eso no llegamos a ser esclavos de nuestros silencios? Así que supongo que también puedes decir: "Se dueño de tus palabras, no esclavo de tus silencios". Porque siempre hay otro punto de vista y porque no hay recetas definitivas para una vida feliz.


2. 
Anoche soñé que en teoría había adoptado a un niño. No soñé con el proceso, sólo recuerdo estar con un niño en una habitación, sin conocerlo, sin quererlo, sabía que a partir de ese momento era mi responsabilidad. No tenía una de esas caras con ojos grandes y miradas traviesas, no tenía nada que me generase algún sentimiento hacia él. De unos 5-6 años, era alguien quien iba a vivir conmigo y de quien iba a cuidar. Entonces le cogí de la mano, me agaché a su altura y le pregunté qué juguetes le gustaban. Y me los contó todos. Le dije que fuéramos a comprarlos. Se le iluminó la mirada. Porque aún sin quererlo, sabía que podía cuidarlo y hacerle sentirse querido, y que en algún momento en el proceso a lo mejor lo iba a querer yo también y aunque eso no llegase a pasar no lo iba a dejar sólo. Me desperté con una sensación de valentía, no de felicidad.

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